Destino vs. Voluntad

El otro día hablaba con una amiga sobre todas esas ideas que teníamos para nuestros emprendimientos respectivos, pero que por dejadez habíamos dejado pasar, y luego el tiempo nos daba una especie de bofetada restregándonos en cara la buena idea que era, y que otro supo aprovechar mejor que nosotros.

Luego esa anécdota se la conté a otra amiga, haciendo mención de mi responsabilidad en no estar profesionalmente en donde me hubiese imaginado estar.

Mientras le echaba el cuento, ella me seguía repitiendo: «Es que no estaban listas», «Es que aún no era el momento.» Esas frases me hacían ruido y en el momento no sabía por qué. Me quedé reflexionando…

Al cabo de unas horas entendí lo que pasaba: Existe una diferencia entre voluntad (lo que yo creo para mí) y destino (lo que ineludiblemente toca). La primera depende enteramente de mí. Si yo no hago algo para que las cosas que yo quiero/sueño pasen, no van a pasar. Si bien es cierto que las condiciones pueden estar dadas es mi responsabilidad hacer lo necesario, dar los primeros pasos, para que el Universo diga «¡ah! Ella quiere esto, y mira, está trabajando para ello. Confabulemos a su favor.»

Por otro lado está lo que la vida quiere para nosotros (destino). A veces nos planificamos; nos ponemos metas de aquí a tanto tiempo y de la noche a la mañana la vida nos dice «Ehhm, ¡no! Esto no te toca. Te toca es por aquí.» Quitándonos el suelo (estabilidad) que hasta ahora teníamos. Nada que hacer.

En estos casos, la vida nos está diciendo muy a su manera: «Necesito prepararte para otra cosa que sé que te conviene.» La mala noticia es que estos «cursos preparatorios» por lo general no vienen cargados de rosas. Pero bueno, es que de la adversidad que se aprende.

Mi invitación hoy es que aprendas a discernir cuándo la vida te está diciendo «esto no es pa’ ti» de cuando te dice «si quieres esto, te toca hacer tu parte.»

Como yo lo veo, los sueños se ganan con la siguiente fórmula:

Esfuerzo (voluntad) + Envisionar (decretar, imaginar y sentir) = Realidad.

Lo demás, dejaselo a Dios…

¿Tú qué piensas? Coméntame en la cajita de abajo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir el chat
¡Hola! Estoy aquí para ti. ¿En qué puedo ayudarte? Si tienes alguna duda o inquietud contáctame.