¿De qué trata esta meditación?: Los miedos son manifestaciones del ego que nos paralizan para que así no salgamos de nuestra forma de comfort. Ellos están muy bien respaldados por creencias limitantes, que son las responsables de darle un sentido «lógico» al no querer atreverse a…
Algunos miedos son fácilmente debatibles con un poco de motivación y valentía, pongo un ejemplo personal: Montarme en una montaña rusa. Pero algunos otros están fundados en creencias mucho más arraigadas que nos impiden realmente evolucionar y lograr procurarnos nuestro bienestar. Es entonces cuando nos sentimos estancados, desmotivados, o «blue», como se dice en inglés.
Mirar a nuestros más grandes miedos de frente por lo general toma años y muchas sesiones de terapia, pero esto porque es la manera más frecuente y conocida de hacerlo. Sin embargo, cada día son más las terapias y filosofías que nos enseñan que superar nuestros miedos es mucho más factible de lo que creemos.
Esta meditación que fusiona muchas otras que he practicado y que me han funcionado a lo largo de mi recorrido busca pararte de frente a tus miedos, que los veas y los conozcas, pero sobretodo que logres conversar con ellos porque siempre, siempre, siempre los miedos tienen algo sobre nosotros que decir.
Los miedos simplemente son reacciones de nuestro cerebro reptiliano que busca protegernos para «mantenernos a salvo» ante supuestas amenazas, y como nuestra mente no distingue entre amenazas reales o imaginarias, pues ellos se disparan de igual manera porque hay que subsistir.
Con esta meditación guiada vas a lograr ver cuál es la «amenaza» que te asecha, de qué estás siendo protegido, y que debes aprender a procurarte en base a esto. Dicho en otras palabras, esta meditación te va a mostrar eso que necesitas brindarte a ti mismo para estar bien, y que el miedo simplemente buscaba llamar tu atención para que lo mirases de frente.
Realmente es una práctica mágica y muy luminosa. Yo misma la hago cada vez que me siento abordada por algún miedo, y sin ir muy lejos, la última vez que la hice me di cuenta que el miedo que tenía era el miedo a no vivir. A no aprovechar este regalo llamado vida, y tenía todo el sentido porque estaba sumergida en las obligaciones y en los «tengo que», regalándome muy poco a nada de tiempo para mí y para VIVIR. Entonces, se me prendió el miedo a morir (que significa dejar de vivir) a recordarme que el disfrutar del aquí y el ahora es una elección sumamente necesaria para poder estar bien.
Que la disfruten 🙂
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Con amor,
